viernes, 21 de diciembre de 2018

Lo mejor de 2018 (II)


Fantástico. Así es como puedo calificar, desde el punto de vista conciertístico, a este 2018 que estamos a punto de cerrar. Un año, marcado por el punto álgido de mis visitas al Reino Unido para ver a Clapton y a los Stones. Pero en el que, más allá de esos dos grandes, ha habido mucho y bueno donde elegir.

Lejos quedan, eso sí, los tiempos en que superaba la centena de conciertos anuales. Por unos u otros motivos, llevo algunas temporadas ya moviéndome en torno a la mitad. Y, en este 2018, son algo más de 40 las muescas hechas en mí revolver. Eso sí, casi la totalidad de ellas, dignas de recomendación.

Rompí el hielo en enero con una escapada a Toledo para ver a los Coronas presentar su nuevo álbum y ver, después de muchos años de haberlos perdido la pista, cómo su inconfundible surf-rock sigue sin moverse ni un milímetro de donde lo dejé. Y, antes de finalizar el mes, llegó “Last Dance With Tom Petty”, el esperado homenaje de un montón de músicos (Tarque, Burning, Los Secretos, Erentxun, Los Zigarros,…) reunidos en Madrid con el objetivo de rendir tributo al genio de Gainesville. Magnífica y emotiva iniciativa.

Febrero tuvo un claro ganador: Metallica. James Hetfield y sus huestes, vinieron, vieron, vencieron…y pusieron patas arriba el Palacio de Deportes de Madrid, en un concierto pleno de intensidad, calidad y mala leche.



En marzo, volvimos a tener por aquí a Chris Robinson y su hermandad. Y estuvo bien, sin más. Era mi segunda vez con él en un año (aun quedaría una tercera en junio) y, perdido el factor sorpresa inicial y aun reconociendo la enorme calidad de la banda, voy teniendo claro que me aburre un poco su propuesta. ¡Ojalá los hermanos se dejasen de estupideces y los cuervos volviesen a casa por navidad!

En abril, acudimos a ver el espectáculo guitarrístico “G3”, con el maestro Satriani y su escolta, formada, esta vez, por John Petrucci y Uli Jon Roth. Fenomenal el primero, pasable el segundo y prescindible el tercero. Ese fue mi veredicto del show.

Mayo me permitió liberarme de un viejo trauma conciertístico: haberme perdido, en 2011, a Roger Waters con su “The Wall”. Y, la parte musical, en sí, no defraudó: alucinantes los efectos visuales (la fábrica echando humo, el cerdo rosa volando, la pirámide láser…bufff…), enorme la banda y fantásticos el set list y el sonido. Pero…¡Diantres! ¡Por momentos creí que aquello era un mitin y no un concierto de Rock N’ Roll! Sé que eso será cuestión de gustos, sí. Pero, en mi opinión, tanta soflama política hace que pierda parte de mi interés en el show.



Y, con Junio, llegó la época álgida de festivales, siendo el primero en nuestra lista el “Garage Sound”. Sólo pudimos asistir a la primera de sus jornadas, pero fue suficiente para reafirmarnos, al igual que ya hicimos el año anterior, en que nos gusta (y mucho) el rollo que lleva y el cariño con que está hecha su programación. Vale, sí, Buckcherry quizás nos defraudaron. Pero vimos a Hardcore Superstar y Danko Jones dando muy buenos conciertos. Y, sobre todo, vimos a The Temperance Movement, marcándose un bolo antológico y demostrando (en mi caso, por segunda vez) que, si hubiera justicia, debería ser una banda llamada a liderar los años venideros en el mundo del rock.

Mientras tanto, los Stones estaban ya enfrascados en su gira por UK y, mí fecha de Cardiff elegida para cazarlos, por fin llegó. ¡Qué os voy a contar, amigos! Pues que, como no podría ser de otra forma (y dejé aquí escrito), fue un magnífico y emocionante show.



El Azkena Rock Festival es ya un fijo para mí en las quinielas. Adoro ese fin de semana de finales de junio en Vitoria, en el que casi lo que menos importa (¡perdón!) son las bandas que conforman el cartel. Van Morrison, Chris Robinson Brotherhood (de nuevo), Dead Cross, Rival Sons, The 5.6.7.8's y Girlschool fueron nuestro aperitivo del viernes. Un viernes, musicalmente inferior a otros años. Pero que sirvió de calentamiento para uno de los mejores sábados azkeneros que recuerdo. Un sábado sin tregua, que comenzó, desde por la mañana, con James Taylor Quartet y se remató, de forma inmejorable por la tarde, con Mott The Hoople, Turbonegro, Joan Jett y Gluecifer. ¡Formidable, sí señor!


Antes de que acabase el mes, aún nos quedaba un tercer festival: el Download. He de decir que, el cartel, en un 80%, me interesaba poco tirando a nada. Pero sí tenía 5 o 6 cosas concretas que llamaban mi atención lo suficiente como para meterlo en la agenda y plantarme allí. Backyard Babies y Marilyn Manson el jueves (bien, sin más, ambos dos). Guns N' Roses el viernes (muy bien, pero no tanto como el año anterior en el Calderón). Y los Hellacopters, Judas Priest y Ozzy Osbourne el sábado (imperiales los primeros, muy bien los segundos y maravilloso el tercero). Ese fue mi plan. Y, en líneas generales, me gustó.



Julio tenía tres citas importantes para nosotros: la primera, Lenny Kravitz quien, sin llegarme a matar, sí me pareció que ofreció un buen show.

La segunda, y a la postre más importante del año (con permiso de los Stones), tuvo como protagonistas a Clapton, Santana y Steve Winwood, en una maravillosa e inolvidable tarde en Hyde Park. Abrió fuego Winwood quien, junto al sol que apretaba fuerte en ese momento, nos hizo entrar en calor. Tras él, fue el turno de Santana, al que nunca había pillado en directo y cuya propuesta nos encantó. Y por fin le tocó el turno a Mr. Slowhand, quien literalmente nos emocionó. Sí, quizás su escenario natural es el Royal Albert Hall y no éste (doy fe de ello, después de haberle visto en ambos sitios) pero ¡qué carajo! ¡su concierto fue muy bueno! ¡y la compañía que tuve en él, tan buena o mejor!.



Tan sólo un día después de volver de Londres, teníamos una nueva cita. Y, ni más ni menos, que con Little Steven y sus Disciples Of Soul. Buen concierto también el suyo, pero algo me faltó. Quizás andaba yo aún con la cabeza en Hyde Park. O quizás simplemente me pilló cansado. Pero su propuesta no acabó de calarme por completo. Espero poder darle otra oportunidad.

Tras mes y medio de parón, enfilamos septiembre con Jeff “bestia parda” Angel y sus Walking Papers, magníficos como de costumbre.


Octubre comenzó en Valladolid, con un concierto de blues a tres bandas: los magníficos Travellin' Brothers, el gran guitarrista Ian Siegal y la sorprendente y gran triunfadora de la noche, Ina Forsman, quien nos cautivó con su pedazo de voz.

El siguiente en la lista fue Halestorm, unos tipos con quienes musicalmente no conecto mucho, pero que tienen como principal activo a la gran nueva RockN’Roll Star femenina del momento. Una tipa llamada Lzzy Hale, auténtico torbellino sobre el escenario, que canta y toca de la leche y a la que se le caen de los bolsillos la pose, el carisma y la actitud.

Siempre me gustaron mucho Uzzhuaia. Creo que tenían calidad y argumentos como para haber llegado mucho más lejos de donde lo hicieron. Por ello, me entristeció su separación hace algunos años. Y, por ello, me hizo especial ilusión asistir, a finales de octubre, a su emotivo, intenso y genial concierto de reunión.



El carismático bluesman Walter Trout fue mi primer show de noviembre. Y, tras él, llegó otra de las, para mí, citas más esperadas del año: The Magpie Salute. Su concierto no fue perfecto. Probablemente, les falte algo más de rodaje como banda y, sobre todo, más y mejores temas. Pero, después de verlos, sí creo tener meridianamente claro que, la propuesta que ofrecen, me gusta más que la Chris Robinson y su hermandad. Aun así, repito a ambos hermanitos lo dicho arriba: ¡que se dejen de leches y retomen a los Black Crowes!


Después de cerrar el mes en Valladolid con unos, esta vez, decepcionantes Supersuckers, encaramos diciembre con dos balas aun en la recámara. La primera, la de la “superbanda” The Dead Daisies y su hard-rock de altos quilates, quien nos ofrecieron un muy buen show. Y, la segunda, con los actuales reyes del rock melódico y una de mis grandes debilidades desde hace algún tiempo: Erik Gronwall y sus H.E.A.T. ¡Qué mejor forma, que con ellos, de finalizar un fenómeno año de rock!



Mi “Top” de conciertos 2018:
2.- Eric Clapton, Santana & Steve Winwood - Hyde Park, Londres (08/07/2018)
3.- Metallica - Wizink Center, Madrid (03/02/2018)
5.- Ozzy Osbourne – Download Festival, Madrid (30/06/2018)
8.- The Temperance Movement - Garage Sound Festival, Madrid (08/06/2018)
10.- Guns N' Roses - Download Festival, Madrid (29/06/2018)
11.- Uzzhuaia - Sala Cool Stage, Madrid (27/10/2018)
13.- The Magpie Salute - Sala But, Madrid (12/11/2018)
14.- The Hellacopters - Download Festival, Madrid (30/06/2018)
15.- Walking Papers - Sala Changó, Madrid (22/09/2018)

martes, 18 de diciembre de 2018

Lo mejor de 2018


¡Diablos! ¡Otro año que ha pasado ya volando! Un año, además, musicalmente muy interesante, en el que, de nuevo, he podido asistir a inolvidables conciertos. Un año en el que creo han predominado las cosas buenas sobre las malas. Un año en el que hemos tenido un notable puñado de nuevos álbumes para disfrutar. Álbumes que me han gustado, encantado o directamente maravillado. ¡Vayamos con ellos!

Me ha gustado “Purple House”, lo nuevo de Robben Ford (¡qué clase tiene este tío). Me ha gustado el retorno de Jeff Angel (¡un torbellino en directo!) y sus Walking Papers con “WP2”. Me ha gustado poder catar las sesiones perdidas del “Give Out But Don't Give Up” de Primal Scream en Memphis. Me ha gustado seguir oyendo a Buddy Guy decir que "The Blues is Alive and Well". Me ha gustado el “Changing Colours” de los enormes Sheepdogs.

Me ha gustado volver a escuchar la voz de Tarque puesta al servicio de un gran disco de Rock N’ Roll. Me ha gustado tener a Reef de vuelta con “Revelation”, tantos años después. Me ha gustado el “Blow Your Mind” del gran Wilko Johnson (le tendremos por aquí presentándolo en febrero). Y me ha gustado el “Find A Light” de los cada vez más consolidados Blackberry Smoke.    
      

Me ha encantado el esperado “High Water I” de The Magpie Salute (un disco que crece y crece con cada escucha). Me ha encantado  Black Coffee”, la nueva colaboración entre esas dos bestias pardas llamadas Beth Hart y Joe Bonamassa. Me ha encantado la grata sorpresa de “Egomania”, el retorno de Hank Von Hell. Me ha encantado  Mon pays c'est l'amour”, el álbum póstumo de Johnny Hallyday. Y me han encantado Billy Gibbons y su guitarra en “The Big Bad Blues”.

Me ha maravillado “Among The Ghosts” de Lucero, una banda que no tenía inventariada y descubrí a raíz del anuncio del cartel del Azkena. Me ha maravillado el Glam-Punk-Rock macarra de Turbonegro en “RocknRoll Machine”. Me ha maravillado “A Deeper Cut” de The Temperance Movement (¡qué buenos son estos tíos!). Me ha maravillado “As Long as I Have You”, el disco en solitario de Mr. Roger Daltrey. Y me han maravillado cada una de las joyas contenidas en “An American Treasure”, la golosina que Tom Petty nos guardó…

Permitirme que os presente a todos ellos en esta compilación:


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