lunes, 31 de octubre de 2011

The Black Crowes y Halloween, sinónimo de espectáculo

Los que seáis fans de los Cuervos ya sabéis que sus conciertos de Halloween generalmente han sido sinónimo de sorpresa, diversión y espectáculo. No sólo ya por los tremendos shows que han dado siempre esas noches, sino también por los ya míticos teloneos a sí mismos disfrazados de otra banda.

Justo hace un año os conté cómo en 2005 sacaron sus trajes de Angus Young para, bajo el sobrenombre de BC/DC, marcarse un “Rock n' Roll Damnation”, un “Hell Ain't A Bad Place To Be” y un “Highway To Hell” que pasarán a la historia (entre otras cosas, porque es la única vez que los han tocado en directo en toda su carrera).

Así que hoy, por no perder la tradición, haré que nos remontemos a la noche de Halloween de 1996, cuando en el Beacon Theater de Nueva York, después de que Govt Mule abrieran el concierto y antes de que salieran a escena los Black Crowes, se anunció la presencia de unos tales Jellied Donut. Pero, ¿quién carajo eran Jellied Donut?


Mientras sonaba la famosa intro de “Also sprach Zarathustra” usada por Elvis para abrir sus shows, se deshizo el entuerto: Jellied Donut no eran sino los propios Cuervos, disfrazados esta vez del mismísimo Rey para marcarse tres espectaculares versiones del "CC Rider", "(Let me be your) Teddy Bear" y "Jailhouse Rock"…lo que daríamos muchos por haber estado allí!!!



Claro que eso no fue más que el comienzo. Una vez despojados de sus disfraces, se acabaron las bromas y los cuervos abrieron con “Share The Ride” su propio concierto, marcándose un set list de quitar el hipo (“Dreams” de los Allman Brothers incluido, con Warren Haynes de invitado especial a la guitarra).

¿Os he puesto los dientes largos? Pues aquí os dejo con los videos de la irrepetible actuación de Jellied Donut:





viernes, 28 de octubre de 2011

Suze De Marchi y sus Baby Animals


Si antes de leer el título os hubiera preguntado cual creéis que es el disco de debut de una banda australiana más vendido de la historia, supongo que la mayoría os hubierais decantado por AC/DC, INXS o quizás Midnight Oil. Frío, frío…Desde 2003 ese ranking lo encabeza Jet con su “Get Born”. Pero ¿sabéis quien ostentaba hasta esa fecha el record, con más de 800.000 álbumes? Efectivamente, unos tales Baby Animals.

Es curioso, pero el mundo de la música es tan grande que te encuentras casos como éste, en el que una reputada banda australiana pasa absolutamente desapercibida en Europa. Tan desapercibida que se tienen que dar una serie de casualidades para poder llegar a ella.


Y precisamente así fue mi primer encontronazo con los Baby Animals, pura casualidad. Recuerdo haber leído a mediados de los 90 una entrevista a Nuno Bettencourt, por entonces en pleno apogeo como guitarrista de Extreme, y en una de las fotos que la adornaban, aparecía con una bella señorita de la que se decía que también era cantante de una banda de rock y con la que acababa de contraer matrimonio (aún a día de hoy continúan casados). La chica llamaba la atención y además me daba buen feeling, así que no pude por menos que quedarme con su nombre (Suze De Marchi) y con el de su banda (los australianos Baby Animals).

Eso sí, hacerme con sus discos fue tarea complicada y que no llevé a buen puerto hasta varios años después. Como en España esta banda literalmente no existía (aún a día de hoy creo que sigo sin haber visto ninguno de sus álbumes en ninguna tienda de nuestro país), tuve que recurrir a la importación para conseguir su trabajo de debut (Baby Animals, 1991) y darme cuenta desde la primera escucha de que mi instinto no me había engañado y que la espera había merecido la pena.
Ha pasado ya tiempo, pero sigue pareciéndome un gran disco de hard-rock, que alterna momentos eléctricos con otros más tranquilos, y al que no le faltan actitud, buenas composiciones, guitarras afiladas y un componente fundamental que le da su dosis de valor añadido: la poderosa voz de su líder Suze De Marchi.

Como os cuento, el álbum fue un éxito absoluto en su país y, además de llegar a vender más de 800.000 unidades y ganar 8 discos de platino, recibió honores varios en los “Australian Music Awards” de 1992: mejor álbum del año, mejor disco de una banda debutante, mejor single y nominación a la mejor vocalista femenina.

Todo ello les sirvió para emprender varias giras, acompañando a Bryan Adams en Europa, a los Black Crowes en Australia y Nueva Zelanda y a Van Halen en America, antes de meterse al estudio para grabar su regular “Shaved and Dangerous”, segundo y último disco antes de su disolución en 1996.


La banda regresó en 2007 (entre medias, Suze De Marchi explotó su carrera en solitario), regrabando sus hits en formato acústico y dando varias giras por Australia. Pero, de momento, nada de material nuevo.

Os dejo con los videoclips de dos temas que aún a día de hoy continúo escuchando con bastante frecuencia (“Early Warning” y “Rush You”) y que fueron los culpables de que me enganchase a su primer y fantástico álbum.



martes, 25 de octubre de 2011

Clapton, Marsalis y Treme


Aunque con algo de retraso, estoy terminando de ver la segunda temporada de Treme, esa magnífica serie de la HBO (¿quién si no?) que nos sumerge en la vida de Nueva Orleans. Pero no en un momento cualquiera, sino en 2005, con una ciudad devastada por el paso del huracán Katrina y en la que sus habitantes luchan por salir a flote, con la casi única válvula de escape de su música. Esa música que sirve de hilo conductor, casi monopolizando la vida de los protagonistas (hasta en los entierros hay una banda tocando) y haciendo que la serie entera sea una auténtica delicia para los amantes del jazz, el blues,  el swing o el cajún, o cualquiera de los estilos que adornan de principio a fin cada capítulo.

Y entre las tramas paralelas de la serie está la de la historia de Delmond Lambreaux (interpretado por el actor Rob Brown), prestigioso trompetista  que, aun habiendo nacido en Nueva Orleans, hubo de emigrar a Nueva York para obtener el reconocimiento que ostenta, y que se encuentra ante el dilema de volver o no, tanto física como musicalmente a sus raíces, a su ahora devastada ciudad de origen.

Os cuento todo esto porque, podrá parecer casualidad, pero el paralelismo entre el personaje de ficción de Delmond Lambreaux y el de Wynton Marsalis me parece tan evidente que me temo que de casualidad tiene poca. Ambos nacidos en Nueva Orleans, ambos con un estilo parecido, ambos con una carrera fundamentalmente labrada en Nueva York y ambos hasta con un increíble parecido físico. Echad un vistazo a estas fotos y juzgad vosotros mismos: a la izquierda el actor que da vida a Lambreaux. A la derecha Mr. Wynton Marsalis.


Así que el encontrarme en medio del visionado de Treme, me ha hecho estar en perfecto ambiente para la escucha de este fantástico disco que, también con algo de retraso, cayó el otro día en mis manos: “Wynton Marsalis & Eric Clapton play the Blues”. O lo que es lo mismo, diez temas (uno más en el DVD) escogidos por Clapton de entre su repertorio de blues y transformados por Marsalis y su banda en sonido 100% Nueva Orleans, de ese que tanto puede presumir Treme. Un álbum de los de mojar pan. De esos que no te dejan parar de mover la pierna mientras lo oyes. Sencillamente espectacular!!!

miércoles, 19 de octubre de 2011

La semana en que las leyendas tomaron Sevilla


Cinco conciertos, cinco noches irrepetibles y veinte años que han pasado ya. Entre el 15 y el 19 de octubre de 1991 casi toda la galaxia musical se reunió en el auditorio de La Cartuja de Sevilla con motivo de los actos conmemorativos de la Expo que tendría lugar al año siguiente.

Yo no estuve allí, pero muchas veces he soñado con haber podido estar. La edad aún no me daba como para meterme un viaje hasta Sevilla para ver un concierto. Pero gracias a TVE (y aunque fuera en diferido) pude saber lo que había sucedido y grabarme unas cintas de VHS que tengo literalmente rayadas de las veces que las he visionado en todo este tiempo.

Los veinte años transcurridos nos sirven como excusa para recordar el evento. Pero, sobre todo, nos sirven para poder tener ya una valoración con la suficiente perspectiva como para poder afirmar que probablemente se trate de la reunión de músicos más memorable de la historia. Un acontecimiento único e irrepetible.

Las notas de prensa de presentación del festival hablaban de un total de “treinta nombres de primera fila y 60 músicos de acompañamiento” para formar un cartel distribuido (más o menos) por estilos. Y la consigna era que cada artista tocase 2 o 3 temas en solitario y otro par de ellos con algún otro músico de los presentes, juntándose al final de cada noche todos a la vez en el escenario para dar rienda suelta a unas ya míticas jam sessions.

Creo que merece la pena que os recuerde quiénes fueron los protagonistas y que les rinda tributo con algunos de mis fragmentos favoritos:

15 de octubre de 1991 – Noche de Blues
B.B. King - Albert Collins - Robert Cray - Bo Diddley - Steve Cropper - Dave Edmunds
(acompañados, entre otros, de Debbie Hastings y Richard Cousins al bajo, Terry Williams a la batería, Chuck Leavell a los teclados y los Miami Horns a los vientos).

16 de octubre de 1991 – Noche de Fusión
Paco De Lucia - George Benson - Larry Coryell - John McLaughlin
(acompañados, entre otros, de Rickie Lee Jones a la voz, Stanley Clarke y Ray Brown al bajo, George Duke a los teclados, Dennis Chambers a la batería y Ray Cooper a la percusión).

17 de octubre de 1991 – Noche de Fusión
Keith Richards - Bob Dylan - Phil Manzanera - Robert Cray - Steve Cropper - Dave Edmunds
(acompañados, entre otros, de Joe Cocker a la voz y Jack Bruce al bajo).

18 de octubre de 1991 – Noche de Folk-Rock
Roger Waters - Les Paul - Roger McGuinn - Robbie Robertson - Richard Thompson
(acompañados, entre otros, de Bruce Hornsby a los teclados, Tony Levin al bajo y Graham Broad a la batería).

19 de octubre de 1991 – Noche de Hard-Rock
Brian May - Joe Satriani - Steve Vai - Nuno Bettencourt - Joe Walsh
(acompañados de Paul Rodgers, Gary Cherone y Chris Thompson a la voz, Nathan East y Neil Murray al bajo, Cozy Powell y Steve Ferrone a la batería y Rick Wakeman a los teclados).

Aquí os dejo con los videos de tres de las jam sessions: las de las noches de Blues y Fusión y la que, para mí, es el momento más memorable de todo el festival. Ese en el que los protagonistas de la noche del Hard-Rock se juntan a la vez en el escenario para hacer el Hey Joe de Jimmy Hendrix. Amigos, cada vez que lo vuelvo a ver, se me sigue poniendo la piel de gallina…insuperable!!!





lunes, 17 de octubre de 2011

Chickenfoot la de cal, Van Halen la de arena


Llevo algunos días dándole bastante cancha al nuevo disco de Chickenfoot (llamado “III” a pesar de ser el segundo en su cuenta) y he de decir que me está gustando bastante.

Está claro que no inventan la rueda, pero tampoco les hace falta. Suena potente y clásico por los cuatro costados, bien tocado (Satriani, Mike Anthony y Chad Smith demuestran lo grandes músicos que son) y extraordinariamente cantado con esa inconfundible y potente voz que tiene Sammy Hagar. Y todo eso, en los tiempos que corren, para mí ya es suficiente fórmula como para mantenerme entretenido una temporadita.

Como podéis ver en las fotos, en lugar de la versión estándar del álbum, me he hecho con una copia de la edición limitada de Classic Rock Magazine, que incluye un par de temas extra, así como unas cuantas pijadillas de esas que tanto nos gustan a los fans (revista de 132 páginas, juego de púas y unas chulas postales en 3D con sus correspondientes gafas).

A los que ya oísteis su disco de debut, os diría que éste sigue una línea argumental muy parecida (no sabría aún afirmar si me acabará gustando más o no). Pero si alguien que no sepa cómo suena me pidiese una referencia, está claro que ésta sería…Van Halen!!!

Siento mucho la obviedad, pero sinceramente es lo que hay. Con la misma voz, la mitad de la sección rítmica y un guitarrista tan cercano técnicamente a Eddie Van Halen sería muy difícil que el combinado suene a otra cosa.

Así que, además de ser un muy buen álbum de hard-rock, tiene la propiedad de calmar tanto las ansias que los fans de Van Halen tenemos de que saquen de una condenada vez su nuevo material de estudio, como la mala leche que se nos ha puesto al habernos enterado la semana pasada de que la banda habría cancelado su gira europea del próximo verano (que incluía a Barcelona el 1 de junio), antes incluso de anunciarla oficialmente.

Esperemos que se reconduzca la situación, impere la lógica y allá por mayo-junio los tengamos on the road again. ¿Os imaginais que se llevasen de teloneros a Chickenfoot?

jueves, 13 de octubre de 2011

Su nombre era el de todas las mujeres


Tengo mi copia del nuevo disco del Loco desde el jueves pasado. Oí que, como es costumbre en él desde hace algunos años, venía a la Fnac de Madrid a presentarlo y allí me plante. Además, para mi sorpresa, esta vez no vino solo. Luis Alberto de Cuenca se había apuntado al compromiso y fue un placer saludarlos a ambos.

El Loco estuvo agradable (inevitable si lo que buscas es promocionar tu álbum), pero algo seco y parco de palabras, como suele ser en él habitual. A Luis Alberto, por el contrario, lo vi relajado, hablador y encantado de estar allí (entiendo que para él no deja de ser una experiencia nueva). Ambos me dedicaron el disco y luego nos hicimos la foto de rigor para la colección. Pude además saludar y charlar un momento con Jordi Bou, fiel acompañante del Loco y un tipo estupendo donde los haya.

Respecto al disco, lo primero que llama la atención es el formato elegido. Un precioso y cuidado libro-disco (fantástico el prólogo de Pérez-Reverte), en el que cada poema viene acompañado en la hoja de al lado por un cuadro pintado para la ocasión…chapeau!!! Y sobre la música, os diré que llevo ya un buen puñado de escuchas, pero aún no tengo una opinión completamente formada. Creo que es de esos trabajos que ganan en matices cada vez que los oyes y que mejoran con el paso del tiempo (a “Balmoral” también le ocurre, por poner otro ejemplo).


Está claro que no es un disco de rock&roll, ni de rock a secas, si se me permite decirlo así. Es una obra de sabor melancólico, donde abundan los medios tiempos y predominan las guitarras acústicas sobre las eléctricas. Por supuesto, no quiero que esto suene a mala crítica, sino todo lo contrario. Las letras son magníficas, como por otra parte, cabía esperar. Y tengo la sensación de que no ha debido ser nada fácil encontrar la música para cada poema y empastarla adecuadamente. Los versos seleccionados no tienen una métrica fácil y eso complica mucho las cosas. De ahí que el mérito sea aún mayor.


El tema elegido como single (“Political Incorrectness”) es quizás el más vivo, el más pegadizo, que no el mejor, al menos en mi modesta opinión. Ese honor se lo reservo a la canción central del disco (“El Encuentro”), un in crescendo de corte épico, en donde música y letra alcanzan se funden perfectamente, llegando a crear un momento mágico.

Del resto, destacaría quizás “A Alicia, disfrazada de Leia Organa” (preciosos los doblajes de voz), “Nuestra vecina” (esa sí es una letra políticamente incorrecta!!!), “La tempestad” (el tema más corto y extraño del álbum y, a la vez, el más original) o la canción que cierra el disco y le da nombre (“fuiste tan imbécil que por ella dejaste a la que amabas y vendiste tu alma en los bazares de la noche”).


En definitiva, un disco tranquilo y de fácil escucha, pero al mismo tiempo, tremendamente complejo en matices, que nos vuelve a demostrar que hay pocos tipos en el mundo de la música en España que se pueden permitir hacer lo que les da la gana cuando les da la gana, y uno de ellos es Loquillo.

lunes, 10 de octubre de 2011

Disneyland After Dark


Tan desconocidos en España como idolatrados en su Dinamarca natal. Disneyland After Dark, o D-A-D para los amigos (tuvieron que acortar su nombre por problemas legales con “el tío Walt”).

En el 93 sus hits “Grow Or Pay” y “Bad Craziness” pegaban fuerte en la mítica cadena musical Super Channel y consiguieron atraparme. Practicaban un hard-rock melódico de corte clásico, pero de particular e inconfundible sonido. Y visualmente eran tremendamente alocados y llamativos. ¿Cómo olvidar a su feo cantante, su guitarrista de corte de pelo a lo mohicano o a su zurdo bajista disfrazado de astronauta y tocando un bajo de…solamente 2 cuerdas!!!?

No era fácil conseguir sus discos en nuestro país, pero logré hacerme con su “Riskin' It All” (1992) y pasó a ser uno de mis álbumes de cabecera de la época (a día de hoy continúa entre mis favoritos). El siguiente en caer fue “No Fuel Left for the Pilgrims” (1989), que no le iba a la zaga…Adictivos a más no poder!!!.

Pero aquí los perdí la pista y, a pesar de que se han mantenido desde entonces sacando nuevo material cada dos o tres años, no me reenganché a ellos hasta su “Monster Philosophy” de 2008, otro muy buen álbum (aunque a años luz de los nombrados arriba).



En 2009 pasaron por Madrid y por supuesto allí me planté a sacarme la espina. Había oído que tenían un directo poderoso y, directamente, superaron las expectativas. Ahí estaban el mismo feo cantante, el mohicano guitarrista (ahora con chistera y pelo más corto) y…su inconfundible bajista zurdo (disfrazado de murciélago o algo así) aporreando un bajo trasparente de (por supuesto) 2 cuerdas. Todos con 20 años más, pero con el mismo feeling que transmitían en los videoclips de principios de los 90. El concierto fue de los de nota alta, de los que te deja con ganas de repetir.

Leo en su página web que tienen listo nuevo álbum de impronunciable nombre y un single que ya se puede escuchar aquí. El asunto no suena nada mal. Parece que en 2012 se ponen de nuevo en la carretera, lo cual nos da esperanzas de tenerlos nuevamente por aquí. De momento, os dejo con su “Bad Craziness”. Espero que os guste tanto como a mi:



martes, 4 de octubre de 2011

Doyle Bramhall II en el Crossroads 2004


No hace mucho os hable aquí del Crossroads, el gran festival de blues organizado por Eric Clapton en beneficio de la clínica de desintoxicación creada también por él. Y como os conté en su momento, ni un solo bluesman vivo que se precie ha dejado de pasar por su escenario en alguna de las tres ediciones (2004, 2007 y 2010) celebradas hasta la fecha.

Los DVD’s editados como testigo de las mismas son francamente recomendables, no ya para los amantes del género, sino para todos aquellos que quieran disfrutar de un rato de música de calidad y, sobre todo, tocada con alma.

Precisamente a través del visionado del primero de ellos, conocí a Doyle Bramhall II, un tipo que ha sido durante algunos años guitarrista rítmico del propio Clapton, que ha acompañado de gira a mismísimo Roger Waters y que tiene en su haber un álbum en solitario tan fenomenal como “Welcome” (2001).

Juzgad vosotros mismos con el video que os dejo abajo. Eso sí, una vez que deis al play, además de quedar atrapados por el buen rollo que transmite Bramhall, no perdáis ojo a la bestialidad de batería que lleva en la banda y al espectacular duelo entre guitarra y “steel pedal guitar” que se marcan al final de la canción…brutal!!!

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