viernes, 29 de diciembre de 2017

Lo mejor de 2017 (II)


Vivimos tiempos en los que, grabar un nuevo disco, ha pasado a ser, para muchas grandes bandas, un incordio, cuando no una mera excusa para poder salir a la carretera. Sobra decir que, la música enlatada, ya no da dinero como antes. Ahora, las habichuelas de verdad, se reparten en los mega festivales, las exclusividades, las cada vez más inflacionarias giras y los shows de estadio.

Hasta hace no mucho, que uno de los grandes viniera a tu país, era todo un acontecimiento. Ahora, no hay verano en que, para suerte de quienes amamos la música en vivo, al menos media docena de ellos, anden a la vez y casi en las mismas fechas compitiendo por ver quién la tiene más larga.

The Rolling Stones. Ese era el nombre sobre el que, a priori, iba a pivotar mi ruta conciertística en este 2017. Pero, por el camino, y gracias a lo arriba comentado, una serie de escuderos de lujo se fueron uniendo, hasta conformar un año inolvidable. Así que, como dijo "Jack the Rippper", vayamos por partes.


Después de un mes de enero tranquilo, Rival Sons, una banda que hasta entonces se me había mostrado esquiva, rompieron de forma inmejorable el hielo de la temporada, cumpliendo de sobra con las expectativas creadas. Tras ellos, y antes de que acabase febrero, pude también ver (y estrechar la mano) a toda una leyenda llamada John Mayall.

En marzo, enganché de nuevo a Blackberry Smoke, después de que su actuación del Azkena 2016 nos supiese a “coitus interruptus”. Queda claro ya que estos tipos son una apuesta segura. Y, ¡por cierto! ¡Ojito a los teloneros que llevaron ese día! Se hacen llamar Biters y representan uno de los descubrimientos más agradables del año para quien esto suscribe.


Pero, si hubo una noche para el recuerdo en este primer trimestre, fue la que Susan, Derek y su Tedeschi Trucks Band nos ofrecieron en Zurich a finales de marzo. Era nuestra segunda vez con ellos (tras la de Londres en 2015) y volvieron a maravillarnos casi tanto como la anterior. Tuvimos, además, la ocasión de saludarles al final del show y no dejamos pasar la oportunidad de hacerles una petición: “¡Susan, por favor! ¡Tenéis que ir a tocar a España!”

Abril y mayo fueron meses de transición. Pero, aun así, pude ver de nuevo, en ellos, a los ingleses The Brew (pura energía sobre el escenario), a los “gothic rockers” The 69 Eyes y a mis queridos Deltonos, éstos además por duplicado (Madrid y Valladolid).



Aunque hubo un tiempo en que creímos que no sucedería nunca (al menos en esta vida…), Axl, Slash y Duff materializaron su lucrativa reunión y el “Not In This Lifetime Tour” de Guns N’ Roses recaló en Madrid el 4 de junio. Allí estaban, juntos en el escenario, tres de los cinco miembros originales de la que fue mi banda favorita a principios de los 90’s. Y, con ellos, di el pistoletazo de salida a dos meses de actividad casi frenética.



Ver a Primal Scream, en la madrileña Riviera, sirvió de puente, para mí, a una cita ya ineludible cada temporada en estas fechas: fin de semana en Vitoria y AzkenaRock Festival. El cartel se presentaba imbatible y el resultado no le fue a la zaga: Hellacopters, King's X, The Shelters, Loquillo e Inglorious nos gustaron. Chris Isaak y Fogerty nos conquistaron. Thunder y Cheap Trick, nos enamoraron. Y, The Cult, en uno de los mejores conciertos vividos este año, directamente nos apabullaron.



Sin tiempo casi para la recuperación, otro plato fuerte nos esperaba en el horno: Aerosmith visitaban Madrid, después de muchísimos años. Y, por supuesto, allí nos plantamos, para dar fe de que los “Toxic Twins” siguen vivitos y coleando.

El segundo fin de semana de julio, volví a tirar de avión y me escapé a Londres, con un doble objetivo: Tom Petty y U2.



A los irlandeses, los vi hacer un, a ratos espectacular , pero algo irregular show del “Joshua Tree Tour”, en el maravilloso estadio de Twickenham.

Y, ¿de Tom Petty? ¡Qué os voy a contar de Tom Petty, amigos!

El sitio, la comunión con el público, el repertorio, la puesta en escena, la presencia de Stevie Nicks, los Heartbreakers…y, por supuesto, él. Todo esa tarde en Hyde Park fue mágico e inolvidable. 

Y no. Creedme que no me estoy dejando llevar por el aura de misticismo que su posterior desaparición puede infundir a lo que os cuento. Prueba de ello es que, pocos días después del concierto, aquí dejé ya escrito todo eso.



El Garage Sound, un festival de nueva creación en Madrid, fue nuestra última cita de julio. Viejas glorias de los 90’s, como Extreme, Thunder, Ugly Kid Joe o Terrorvision pasaron por allí, dejando el pabellón bien alto. Esperemos que la aventura pueda tener continuidad en años venideros.

Y, sin solución de continuidad, hicimos las maletas y comenzamos la gran aventura del año, en forma de "road trip" de varias semanas por la costa oeste americana. Allí, muchas cosas que hacer y, entre ellas, una marcada en rojo en el calendario: ver a los Who en el Colosseum de Las Vegas el 1 de agosto. Fue mi tercera vez con ellos y, sin duda, la más emocionante de todas.



Comencé septiembre volviendo a enganchar a Primal Scream (esta vez, en la plaza mayor de Valladolid, dentro de la programación de fiestas) y a la nueva versión de los Dogs D'Amour del amigo Tyla.

Y con ello, llegó por fin el momento Rolling Stones del año.

Cuando anunciaron su gira europea, me propuse asistir, al igual que en 2014, a un par de sus conciertos. Barcelona y París, dos citas con casi un mes de diferencia, fueron las elegidas. Y, en ambos shows, disfruté de lo lindo, pero el sabor de boca (agridulce en Barcelona y maravilloso en París) fue distinto. ¿Volveremos a tener la oportunidad de verlos en 2018? Todo parece apuntar a que así puede que sea.



¡Por cierto! Entre show y show de los Stones, tuvimos la oportunidad de ver en Madrid al mítico Ian Hunter y su Rant Band, demostrando que el tío está impecable pese a su edad y deleitándonos con un gran concierto.

Noviembre tenía también varias fechas marcadas en el calendario. La primera, correspondía a los suecos H.E.A.T., banda joven, con ganas de comerse el mundo y de la que quedé prendado en un festival en Suiza hace un par de años. La segunda, a Mike Sánchez, un fenomenal pianista de boogie-woogie al que descubrí en los Rhythm Kings de Bill Wyman allá por 2001. Y, la tercera, a Mike Scott y sus Waterboys quienes, aun con un, esta vez, discutible repertorio, nos ofrecieron una agradable velada.


Así llegó diciembre y, con él, tuvimos de nuevo a Los Zigarros calentando, a ritmo de rock n’ roll, la fría noche vallisoletana.

El año conciertístico estaba a punto de finalizar, pero aún quedaba la traca final, en forma de fin de semana intensivo en el madrileño WiZink Center: el viernes 15, viendo a Loquillo cerrar su exitosa gira y, al día siguiente, asistiendo a una nueva comunión de masas con el gran Dave Gahan y sus Depeche Mode quienes, una vez más, volvieron a encantarme.



Sin duda, un 2017 musicalmente inolvidable y difícilmente superable, del que me quedo con este "Top Ten" de momentos vividos:

3.- The Who - Caesars Palace, Las Vegas (01/08/2017)
9.- Aerosmith - Auditorio Miguel Ríos, Rivas Vaciamadrid (29/06/2017)
10.- Cheap Trick - Azkena Rock Festival, Vitoria (23/06/2017)

martes, 26 de diciembre de 2017

Lo mejor (y lo peor) de 2017 (I)


Gregg Allman, Butch Trucks, Chuck Berry, Malcom Young, Fats Domino, Charles Bradley, Chris Cornell, Johnny Hallyday, Tom Petty,..

Amigos, el Rock N’ Roll se nos desangra, año tras año, en un goteo constante que, lejos de parar su hemorragia, incrementa su ritmo.

Es ley de vida, lo sé. Muchos de nuestros referentes musicales, han entrado ya en una edad que nos pone en preaviso de “malas noticias”. Pero, cuando éstas llegan, cuesta aceptarlas.

Siento gran respeto por todos los arriba mencionados. Han sido, son y serán parte importante de la música que amamos. Pero, por distintos motivos, dos de esas pérdidas me han marcado especialmente y abanderan lo peor de este 2017.


Tom Petty y Johnny Hallyday. Dos tipos por los que sentía una profunda admiración. Dos tipos a los que había visto recientemente en directo. Dos tipos a los que contaba con volver a ver…


Pero es momento de hacer balance, no sólo de lo malo, sino también de todo lo bueno que ha tenido el año. 

Al pensar en ello, me doy cuenta de que el cuerpo me ha vuelto a pedir refugiarme en álbumes clásicos, antes que aventurarme a descubrir nuevos lanzamientos (¿cosas de la edad?). Aun así, hay algo más de una veintena de trabajos editados en el periodo que, en mayor o menos medida, me han acompañado estos meses.



Eso sí, esta vez, me cuesta decidirme por diez, como en otras ocasiones. No ha sido éste un año en que tenga claros favoritos por encima del resto. Así que, sin que sirva de precedente, me olvido de listas y paso a nombrarlos tratando de no establecer un orden concreto.

Gregg Allman y su sobrecogedor y póstumo “Southern Blood”. Imelda May y su elegante y cándido “Life Love Flesh Blood”. Ray Davies y su nostálgico homenaje a la tierra “Americana”.


El classic rock “old school” de Thunder (“Rip It Up”) y Revolution Saints (“Light In The Dark”). El esperado nuevo álbum de nuestros queridos suecos H.E.A.T. (“Into The Great Unknown”). O esa presentación en sociedad de The Magpie Salute que nos ha dejado con ganas de muchísimo más...


La enérgica sabia joven de los Biters (“The Future Ain't What It Used To Be”) y Tyler Bryant & The Shakedown. Los regresos en solitario de Little Steven (“Soulfire”) y Roger Waters (“Is This The Life We Really Want?”).


Gov't Mule y su, para mí, mejor trabajo en algunos años (“Revolution Come...Revolution Go”). The Waterboys y su extraño, largo e irregular “Out of All This Blue”. Chuck Berry y su inconfundible disco de despedida.


Gun y su consistente “Favourite Pleasures”. L.A. Guns y su esperada reunión (“The Missing Peace”). Alice Cooper y su “Paranormal”. Paul Weller y su “A Kind Revolution”.


La nueva grabación en directo de Tedeschi Trucks Band (¡firmada por ellos a mano en su show deZurich!). El enérgico “We're All Alright!” de Cheap Trick. El “Prisioner” de Ryan Adams.


Los pepinazos de The Godfathers (“A Big Bad Beautiful Noise”), The Professionals (“What In The World”) y Junkyard (“High Water”). El más que notable “Shade” de Living Colour.

O, por supuesto, las nuevas grabaciones sesenteras de los Stones “On Air”. Todos ellos han sonado con mayor o menor insistencia en mi reproductor durante los últimos 365 días. Y por ello creo que merecen ser recordados. 

¿Alguien no sabe por dónde hincarles el diente? Permitidme que os los presente a modo de compilación:


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