lunes, 8 de julio de 2013

The Rolling Stones - Hyde Park (Londres), 06/07/2013: mi crónica del concierto


Sábado 6 de julio, cuarenta y cuatro años y un día después de su mítico concierto del 69. Los Stones de nuevo en Hyde Park y nosotros allí para vivirlo. Sólo han pasado algunos meses desde mi anterior visita a Londres para el estreno de su “50&Counting Tour” en el O2 Arena, pero no os voy a engañar: los nervios me volvían a picar como si fuera la primera vez.
 
La capital del Reino Unido es una ciudad fascinante, que uno no se cansa de visitar. Aroma y amplia cultura musical que se palpa por todas partes. Y en esta ocasión, como no podía ser de otra forma, mucha camiseta de los Stones por las calles y sus canciones sonando en cada pub.
 
Llegamos a Hyde Park para el show a primera hora de la tarde. El festival ha comenzado a las 12, pero el resto del cartel no nos interesa en absoluto.  Lo primero que nos llama la atención es la amplísima zona del parque que han vallado para el evento y los miles de personas que hay ya dentro congregados (muchos de ellos tirados sobre la hierba con aspecto de haber ido a pasar un día de picnic). Aguantamos las mastodónticas colas formadas en uno de los tres puestos de merchandishing (los Stones siguen siendo los reyes de esto) y, una vez apresado el botín en forma de camiseta, iniciamos la batalla por conseguir un buen sitio para el show.
 
 
Aun quedan casi tres horas para que sus majestades salgan a escena, pero es el momento de intentar llegar lo más adelante posible. No sin esfuerzo conseguimos situarnos junto a la pasarela lateral y a unos 15-20 metros del escenario. La primera batalla está ganada!
 
A las 20:25, con suma puntualidad, comienza a proyectarse un video con imágenes del concierto de 1969 mientras suena “Let's Spend the Night Together”. El ambiente se calienta hasta hervir. En los últimos días se ha comentado que la banda quizás tenga intención de replicar el mismo setlist que hace 44 años y me aprieta la incertidumbre por saber si va a ser así. Los primeros acordes de Keith Richards rascando “Start me up”, un tema de 1981, nos dan la respuesta: los tiros van por otro lado.
 
Aunque el sonido comienza de forma bastante mejorable, sólo el hecho de tenerlos de nuevo delante (y tan cerca!!!) hace que se me vuelva a poner la piel de gallina. Jagger no para de moverse desde el minuto uno. ¿De dónde saca la energía este tío? Al acabar el tema, pregunta a la audiencia si hay alguien que estuvo en el 69 y repite.  Las manos de algunos fans entrados en años se alzan contestando afirmativamente. Ole por ellos!
 
Suenan a continuación “It's Only Rock 'n' Roll”, un maravilloso “Tumbling Dice” y un matador “All Down the Line”. Tanto Mick como Keith y Ronnie comienzan a hacer sus primeras incursiones por la pasarela central y eso nos permite tenerlos a un par de metros de distancia nada más. La emoción me embriaga.
 
 
Viéndolo después con perspectiva, una de las cosas que más me llama la atención del repertorio de esta noche es la ausencia de sorpresas ni canciones rebuscadas, como fueron “I Wanna Be Your Man” o “It's All Over Now” en el concierto que vi en noviembre. Esta noche van al grano, tirando descaradamente de hits.
 
Continúa el show con un “Beast of Burden” que suena delicioso, seguido por el reciente y poderoso “Doom and Gloom”.
 
 
Sale a escena como invitado el bluesman Gary Clark Jr., al que, en mi opinión, realizan un regalo envenenado: “Bitch”. Me encanta esta canción, pero no es la elección idónea para el estilo de este tipo, al que se ve bastante perdido durante su ejecución. El bajo volumen de su voz y su guitarra tampoco colaboran y terminan por arruinar el tema. Una pena.
 
Paint It Black” transforma el parque en un karaoke de miles de almas (está claro que a los “british” les encanta esta canción…) antes de que llegue “Honky Tonk Women” y con ella la primera coincidencia con el setlist de 1969 (al noveno tema fue la vencida!).
 
 
Jagger presenta a la banda y abandona como de costumbre el escenario, dando paso al momento de mayor protagonismo de Keith (si es que Keith pierde alguna vez el protagonismo, claro está). Tanto él como Ronnie recogen sendas guitarras acústicas para hacerse mano a mano un “You Got the Silver” con sabor a blues añejo. “Before They Make Me Run” completa el dúo elegido por Richards para poner su voz, antes de que Jagger vuelva a escena con su Stratocaster colgada y los primeros acordes de “Miss You”.
 
A estas alturas de show, echo de menos mi favorita, “Gimme Shelter”, un tema que siempre suelen tocar al principio. Empiezo a temer que quizás esta noche hayan decidido no hacerlo y ello me entristece por momentos.
 
 
El segundo invitado especial entra en juego: el gran Mick Taylor. Y con él se marcan un apoteósico “Midnight Rambler” (segunda coincidencia con el setlist de 1969).
 
Comienza a caer la noche cuando escucho una intro de guitarra que me sabe a regalo celestial. La enorme Lisa Fischer toma la escena y entonces ya no tengo ninguna duda: sí, amigos, se trata de “Gimme Shelter”. Ahora sí que estoy realmente emocionado, es imposible disimularlo. Este tema es mi gran debilidad y la interpretación de Mick y Lisa a dúo, a dos palmos de mis narices, vuelve a resultarme colosal, sublime. El gran momento mágico del concierto.
 
 
Entramos en la recta final de la velada, con tres pesos pesados en forma de canción: “Jumpin' Jack Flash”, “Sympathy for the Devil” (espectacular puesta en escena, con el escenario entre llamas) y “Brown Sugar”. Keith va de menos a más, como ya es habitual en él en los últimos tiempos. Jagger dándolo todo y sin parar de moverse. Charlie, impasible tras su batería, marcando el paso como una locomotora. Y Ronnie… simplemente brutal y pleno de facultades y carisma.
 
 
La banda se retira al camerino mientras la gente grita que quiere más. Sus plegarias van a ser satisfechas. Como vienen haciendo en esta gira, un coro de unas veinte voces femeninas toma el escenario y comienza a entonar “You Can't Always Get What You Want”. La banda hace una interpretación fantástica, con ese final de inspiración góspel que le da un aire especial al tema.
 
 
Hacen amago de desaparecer, pero no, evidentemente no se pueden ir aún. Queda poner de nuevo patas arriba el parque a la voz de “I can't get noooooo”, mientras caen miles de papelillos en forma de mariposa. Los acordes finales de "Satisfaction" dan paso a un espectáculo de fuegos artificiales detrás del escenario, mientras los chicos se despiden entre reverencias después de dos horas de reloj.
 
 
Una vez acabado el show la pregunta es ¿y ahora qué?  Nadie salvo la propia banda y su círculo cercano lo sabe. Parece que, después del próximo sábado y su segunda cita en Hyde Park, quieren tomarse de descanso el resto del verano. Y parece también que a partir de septiembre u octubre puedan volver a la carga con otra serie de fechas selectas por unas cuantas capitales europeas. Esperemos que así sea y podamos tener la oportunidad de volver a verlos de nuevo. Pero sea como fuere, nos guardaremos por si acaso esta noche en la memoria. Sin duda, una noche para recordar.
 
 
 

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