martes, 25 de febrero de 2014

Loquillo – Palacio de Deportes (Granada), 22/02/2014: mi crónica del concierto


¿Qué tienen en común Johnny Cash, Pepe Risi, Johnny Hallyday, Gabriel Sopeña, Joe Strummer y Luis Alberto de Cuenca? Pues, a parte de ser auténticos genios, cada uno en lo suyo, todos son referentes anímicos y musicales de Loquillo, y todos ellos estuvieron presentes, de alguna forma, el pasado sábado en su show de Granada.

El Loco se encuentra en un momento muy brillante. Quizás el más álgido de su ya larga carrera. Siempre ha poseído la difícil facultad de saber rodearse de los mejores y, aun así, posiblemente nunca ha estado tan bien rodeado. Tiene grandes compositores a su servicio. Tiene con él una banda que funciona a las mil maravillas, plena de pegada y de actitud, con la que se le nota a gusto. Y, desde que cerró la etapa con Trogloditas, tiene dos magníficos discos en su haber (“Balmoral” y “La nave de los locos”, con  “Su nombre era el de todas las mujeres” en medio) sobre los que poder configurar con solvencia un setlist potente y que pueda mirar de tú a tú a sus temas clásicos.
Porque, esa fue precisamente una de las cosas más reseñables de la velada del sábado: el del Clot salió victorioso sin apenas tener que apoyarse en sus antiguos himnos. Baste señalar como detalle que sólo 7 de las 27 canciones que sonaron en Granada, repiten respecto a “Hermanos de sangre”, su anterior directo en grabado Bilbao, a pesar de haber transcurrido entre ambos momentos únicamente ocho años. Y eso, amigos, no es tarea fácil.
Con los 7.000 tickets agotados, ambiente de las grandes ocasiones y casi media hora de retraso sobre lo previsto, saltó la banda a escena con dos temas, precisamente, de la era Balmoral: “El creyente” (grata sorpresa) y un “Línea clara” que sonó arrollador y sentó las normas de juego (“Tuve muchos nombres, me vieron con otra cara, pero siempre fui yo, marcando una línea clara”).
La primera concesión a su último álbum vino con el tema que da nombre a la gira y uno de mis favoritos del disco (“De vez en cuando y para siempre”). Y tras brindar con “cava de su tierra” y agradecer a la ciudad andaluza su recibimiento, la banda decidió recuperar “Sol”, canción que llevaba algunos años sin verles hacer en directo y que sonó estupenda. “Planeta Rock”, la épica “Memorias de jóvenes airados” y “La nave de los locos” completaron el primer tramo del concierto. Siete canciones habían sonado ya y ninguna de ellas era de discos anteriores a 2008. Ver para creer.

Tras la dedicatoria a uno de sus compositores de cabecera (Gabriel Sopeña), la banda atacó el primero de sus temas antiguos. Y el elegido no fue un clásico, precisamente, sino una joya (“Malo”), incluida en uno de mis discos favoritos (“Cuero Español”) y que hacía muchísimo tiempo que no tocaban en directo. Sonó deliciosa.
Después de que el Loco confesara que nunca olvidará la sesión de grabación en París con Johnny Hallyday, estaba claro que le tocaba el turno a “Cruzando el Paraíso” y con él, uno de los momentos álgidos del concierto. Sólo faltó que el propio Johnny hubiera estado presente en la velada…

Otra sorpresa, “El año que mataron a Salvador”, dio pie a “Political Incorrectness” y, con ella, la confesión de Loquillo sobre uno de los motivos de su amistad con Luis Alberto de Cuenca (“a pesar de venir de sitios distintos, a los dos nos gusta decir cosas políticamente incorrectas”).
El espíritu de Johnny Cash desembarcó en Granada con el ya clásico “El hombre de negro”. Y así, en el tema número trece, por fin llegó el primero de los llamados viejos clásicos: “El rompeolas”. Sin él, el show no hubiera sido lo mismo.
¿Os he dicho que “Cuero Español” es uno de mis discos favoritos del Loco? Y, si lo es, se debe a maravillas como “Cuando fuimos los mejores” que, está noche, sonó realmente a gloria.
Tengo que confesar que la inclusión en el repertorio de la siguiente canción (“Cuando vivías en la Castellana”) me descolocó bastante. Pero mientras me preguntaba a mi mismo por el motivo (porque todo tiene un motivo…), oí el maravilloso sonido de un saxo comandado por un invitado especial (el gran Dani Nel-lo), que transformó en delicioso el hasta entonces insulso tema.

Fue entonces cuando sonó el segundo de los viejos clásicos: “Carne para Linda”, canción que en el lejano 1989 abrió el demoledor disco “A por ellos que son pocos…” y que el Loco ha decidido recuperar para esta gira. Con la ayuda del saxo de Dani Nel-lo, sonó especialmente potente.
Y con ello, llegamos a la recta final del show, en la que la banda puso más carne al asador, en forma de “Feo, Fuerte y Formal”, el último single “Contento”, un apoteósico “La mataré” (momentazo!!!) y “El ritmo del garaje”.

Se apagan las luces y la banda abandona el escenario. Los fans piden más y la banda decide complacerlos. ¿Alguien tenía dudas de que esto iba a suceder?
Otro guiño a Johnny Hallyday (“Rock And Roll Actitud”) y la fantástica “El mundo necesita hombres objeto” ("Afile sus dientes, póngase a contar a diez. Hay luna llena y hombres lobo como usted"), dan paso a otro de los momentos esperados de la noche: la aparición en escena de Ariel Roth y Leiva. El Loco se deshace en elogios ante ellos y juntos interpretan “Rock de Europa”, “Rock N’ Roll Star” y “Qué hace una chica como tú en un sitio como este” (por supuesto, con dedicatoria al añorado Pepe Risi). A mitad de tema, la guitarra de Ariel deja de sonar (estas cosas siempre pasan en el peor momento...). Igor Paskual se da cuenta y le cede la suya. Ariel le devuelve el favor marcándose un extraordinario solo. Está claro que quien tuvo retuvo…aun con la guitarra de otro!
La gala va llegando a su fin, pero aun queda el momento mágico de la noche. El Loco comenta que no podían irse de Granada sin tributar homenaje a Joe Strummer y la banda se lanza con…”Spanish Bombs”!!!!!!!!!!!!!!! Han castellanizado la letra, pero mantienen intacto el estribillo original de los viejos Clash: “Spanish bombs, yo te quiero infinito, yo te quiero oh mi corazón”. Me fijo en Igor y le veo dándolo todo. Sospecho que quizás ha sido él el instigador de la idea. Menudo acierto!!!

Aun queda una bala en la recámara y nadie tiene dudas de cuál es. Es lícito basar tu concierto en temas relativamente nuevos, pero si tu repertorio cuenta con un himno generacional como “Cadillac Solitario”, no puedes irte a casa sin tocarlo. El Loco lo sabe y ataca el tema con fiereza y gran pasión. La brillante interpretación pone el colofón a una gran noche.
La banda saluda, se retira y nosotros nos vamos con una enorme sonrisa mientras suena el “Heroes” de Bowie. Hasta en eso lo clavan…Grande Loco!!!

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