Los Stones están de vuelta…y no me lo pienso perder!

Sabía que antes o después iba a ocurrir. Y no, no me refiero a la vuelta al ruedo de los Stones, que también, sino al hecho de tener que ponerme ante la tesitura de plantearme en serio cuál es el precio máximo que pagaría por asistir a un concierto.

En alguna ocasión, sobre todo en los últimos tiempos, algún amigo conocedor de mi pasión por la música en general y por los Stones en particular me lo ha preguntado y mi respuesta siempre ha sido la misma: habría que ver qué concierto y en qué situación. Evidentemente, no renunciaría a mis necesidades básicas y alimenticias, pero si el concierto fuese histórico, si la situación realmente mereciese la pena y personalmente me lo pudiera permitir, sí lo priorizaría por encima de cualquier otro “capricho” y estaría dispuesto a apostar fuerte por ello.

Supongo que a estas alturas ya os habréis enterado de qué forma se va a celebrar el 50 cumpleaños de la banda más grande de la historia del Rock&Roll: cuatro y sólo cuatro shows en recintos de tamaño medio. Dos en su Londres natal (25 y 29 de noviembre) y dos más en Nueva York (13 y 15 de diciembre). Nada de megagiras mundiales en estadios ni cosas por el estilo (al menos de momento…).

Pues bien, aunque la venta oficial de tickets no comienza hasta mañana viernes, el lunes pasado, aun no sé casi ni cómo, tuve acceso a la pre-venta de algunos asientos reservados para los shows de Londres. Esa es la parte buena no, sino buenísima de la historia. Pero la parte mala, aunque totalmente previsible dada la expectación existente y las pocas entradas a la venta, era el precio de las mismas: en torno a 300 libras por cada una.

Fue entonces cuando me encontré ante la tesitura que os comentaba al principio. Reconozco que dude por momentos qué decisión tomar (a la pasta de los tickets hay que añadir vuelo, hotel y demás), pero después de echar algunos cálculos rápidos y pensar “qué demonios, son los jodidos Stones y puede que sea la última oportunidad de tenerlos delante”, la duda no duró mucho más y lancé el órdago a grande saliendo victorioso.

Tres días después, aun casi tengo que pellizcarme para darme cuenta de que, si todo va bien, el domingo 25 de noviembre estaré en el O2 Arena de la capital londinense viendo de nuevo a Mick, Keith, Ronnie y Charlie.

Sí, lo sé, es sólo Rock&Roll…but I like it.