martes, 1 de julio de 2014

Mucho más que una noche especial


Mi romance con los Stones comenzó hace ya dos décadas. Poco a poco. Sin estridencias. Sin prisas. Paladeando sus discos, leyendo sus historias, aprendiendo a tocar sus canciones, poniendo banda sonora a mi vida, soñando con ir a alguno de sus conciertos.
Y lo hice. Vaya si lo hice. Más veces de las que nunca hubiera imaginado. Y, al mismo tiempo, demasiado pocas…Pero cada una de ellas, fue una noche especial que nunca escapará de mi memoria.
Aun así, hay un antes y un después del pasado 25 de junio. Madrid. En mi (segunda) casa. Con mi gente. Esa no fue una noche especial. Esa fue algo más. Directamente fue mágica.
Mágica por la emoción, las conversaciones y los preparativos de los días previos. Y porque verlos sigue siendo (también para mí) un regalo que no tiene precio. Mágica porque antes, durante y después del concierto tuve a mi lado una compañía inmejorable (GRACIAS). Y porque me encantaría repetirlo una y mil veces. Mágica por los nervios de esos minutos anteriores a que salieran a escena. Y porque el oír a Keith rascando el acorde inicial de “Jumpin’ Jack Flash” ya me hizo elevarme dos metros del suelo. Mágica porque “Tumbling Dice” me sacó las primeras lágrimas de la noche. Y porque no fueron las únicas, hubo muchas más. Mágica porque sonó “Angie”!!! Y sonó como los ángeles. Mágica porque “Like a Rolling Stone” me hizo gritar hasta desgañitarme. Y porque es imposible tener más carisma que el que tuvo Mick Jagger. Mágica porque un tema a priori menor como “Out of Control” atronó como si fuera un clásico. Y porque el riff de “Honky Tonk Women” nunca me sonó tan bien. Mágica porque Ronnie y Keith se marcaron un “You Got The Silver” antológico. Y porque nunca vi tocar a nadie la batería con tanta elegancia como la que tuvo Charlie. Mágica porque los 10 minutos de “Midnight Rambler”, con Mick Taylor a la guitarra, fueron absolutamente orgásmicos. Y porque volví a emocionarme (una vez más y van...) con Lisa Fischer y “Gimme Shelter”. Mágica porque ya sé que “You Can’t Always Get What You Want”…pero cada vez que la oigo, pienso que sí puedo. Mágica porque quise que “Satisfaction” no terminara nunca. Y porque, por momentos, creí que así sería. Mágica porque directamente hubo magia dentro y fuera del escenario. Y porque quizás fuera mi última vez…
Por todo ello estoy feliz…y a la vez jodido. Si este es el final del viaje, que nos quiten lo bailado, lo reído, lo llorado, lo disfrutado, lo sentido en esta noche que nunca olvidaré. No se me ocurre forma mejor de cerrar el círculo. Pero, a la vez, tampoco pierdo la esperanza de volver a tener otra oportunidad. Y si es así, no dudéis de que la aprovecharé.
He dejado pasar unos días antes de escribir estas líneas, buscando ganar algo de perspectiva. Aun así, quizás pueda parecer que estoy magnificando lo sucedido y que realmente no sea para tanto… Lo sé amigos, It’s only Rock&Roll... Pero es que el Rock&Roll no es música, es sentimiento. Y los sentimientos son realmente complicados de gobernar y dirigir.
Mick, Keith, Ronnie, Charlie: Gracias por haber posibilitado que este 25 de junio de 2014 fuera mucho más que una noche especial. Una noche directamente mágica.

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