La primera vez que oí hablar de BNR fue en septiembre de 1995. Un recorte de periódico que cayó en mis manos los tildaba de los “Black Crowes” españoles y ello despertó mi atención e hizo que me quedase con su curioso nombre. Y ahí quedó la cosa hasta que unos pocos meses después me enteré de que presentaban en mi ciudad lo que era su recién grabado primer disco. Por supuesto, allí me plante, con la intención de ver si la comparación con los “sagrados” cuervos tenía o no fundamento. Y he de decir que la velada superó todas mis expectativas: la banda que me encontré en el escenario era un auténtico ciclón, el grupo más fresco, brutal y descarado que había visto u oído en mucho tiempo. Nunca olvidaré aquel concierto. Conservo como oro en paño, además del recuerdo en mi memoria, la entrada, un cd que la banda me firmó aquella noche y la grabación de audio del show en una vieja cinta de las de antaño.
Desde aquel momento, tuve la oportunidad de verlos en 7 u 8 ocasiones más, conversar con ellos e incluso compartir escenario en un festival, pocos días después de la espantada de su cantante Jordi Skywalker.
Grabaron 3 discos. El primero, absolutamente brillante, inigualable e inolvidable. En mi opinión, uno de los más grandes que el rock de nuestro país ha parido en toda su historia. Desde su apertura con “La leyenda del lobo cantor” a su cierre macarra con “Hablando con las plantas”, no tiene ni un solo segundo de desperdicio. Sólo Rock&Roll del bueno. Del mejor.
Pero cuando las cosas parecían ir rodadas, el pilar fundamental sobre el que se sostenía la banda (Jordi Skywalker) decidió renunciar y dio al traste con todo. Los demás intentaron continuar y editaron el autofinanciado (la compañía no quiso saber ya nada de ellos) “La estación seca”, que contenía también grandes canciones aderezadas de nostalgia y rabia por los cuatro costados. Pero la cosa no dio para más y terminaron renunciando y separando sus caminos (con más o menos fortuna).
Han pasado algo más de 10 años pero no los hemos olvidado. Es más, me atrevería a decir que su leyenda no ha dejado de crecer hasta elevarlos a grupo mítico y de culto de buena parte de los amantes al Rock de este país.
Y por ello, celebro la existencia de propuestas como la proveniente de la asociación "La casa con ruedas", quien se ha encargado de reunir en un álbum a un buen puñado de bandas, cada una de las cuales se ha encargado de grabar un tema clásico de BNR. Entre ellas, podéis encontrar a mis amigos Motel Crash (un día de estos os hablaré más detenidamente de ellos), que han dejado su magnífica impronta versionando de forma tremenda “Tiempo perdido” (podéis oírlo aquí: http://www.myspace.com/motelcrash ).
El próximo sábado tendrá lugar en la Sala Live de Madrid la presentación del disco. Varias de las bandas estarán actuando en directo y me cuentan que quizás haya alguna aparición sorpresa…
“Me juraste por tu padre que no me olvidarías
Las palabras bonitas son siempre mentira
Juraste por tu padre que no te perdería
Las palabras bonitas...”
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